Discurso graduación nov 12

Discurso Noviembre 2012
A lo largo de la vida, casi a diario, podemos honrar nuestros compromisos o los podemos ir mermando poco a poco, hasta que desaparezcan. No solo desde la vida afectiva o social, donde tratamos de realzar el amor que nos prometimos como pareja o el hecho de tener vínculos familiares con nuestros hermanos, tíos, padres, hijos, en fin; sino también tratamos de mantener los compromisos laborales con lealtad, justicia, respecto, transparencia y honestidad. De una forma espiritual todos los días también tratamos de honrar nuestro compromiso religioso, viviendo una digna vida que se transforma en el más común de los preceptos en muchas religiones que dice: “no hagas a otros lo que no te gustaría que te hagan a ti.” En teoría y para llenar este primer párrafo de mi discurso: fácil de entender, simple y algo muy factible con lo que todos nos podríamos identificar.
La complejidad viene cuando nos preguntamos ¿como?, ¿Cómo mantener vivos estos compromisos día a día?, ¿Cómo caminar por la vida y saber al mismo tiempo que deseo cumplir con estas responsabilidades y que lo estoy haciendo?... Pues bien he aquí siete consejos en los que he pensado nos podrían ayudar, para que el cumplir estos deberes no sea una carga pesada y tortuosa, sino se convierta en algo tan natural como el respirar o como que nuestro corazón lata.
En primer lugar debe estar sin lugar a duda el llorar y reír con las películas que creamos más cursis, aquellas que la vida nos pondrá delante nuestro, reír o llorar sin miedo y dejando que fluya, porque así demostramos que en algún lugar, inclusive en lo más profundo de nuestro ser, bajo todas las capas de lodo y miel que podríamos haber juntado, existe una persona que siente y ese sentir es la mejor muestra de que aún podemos carcajear, gritar, suspirar… y por supuesto honrar nuestra palabra. Es tan penoso mirar gente, hoy en día, que persigue ridiculizar los sentimientos como una forma de superioridad absoluta, cuando solamente nos indican que sus vidas pueden ser tan monótonas y aburridas, que seguramente tomar un café con ellos sería tan largo y aburrido como el esperar un minuto más a que nazca tu hijo y poder decirle entre lágrimas y sonrisas, bienvenido a la hermosa película de mi vida.
En segundo lugar yo he puesto el sano ejercicio de abrazar y decir a la gente cuan linda es… nada me ha dado mejor resultado en estos 44 años no haber perdido la capacidad para decir a alguien que bien luce, decirle que me gusta su trabajo o tan solo decirle que es una persona maravillosa. No se debe confundir con la compasión lastimera o con la injusticia, porque con la misma fuerza de abrazar se puede decir como la otra persona puede mejorar. El secreto radica en que descubrimos que para decir algo no es necesario gritar o reñir, cuando también puede haber una manera cálida y pertinente de corregir con dulzura. Muchas personas pudieron haber pasado por mi vida con errores o con falta proba de responsabilidad, pero he tratado de no perder la perspectiva de que nada tiene que ver esto, con el hecho de que los siga estimando como un buen ser humano, cumplimos así la promesa de compartir este espacio terrenal con todos de una forma por lo menos decente y humana.
En tercer lugar por supuesto estará el que debemos ser hinchas de un equipo, o de una moda, o de una persona. No ser fanático pues vemos cómo los extremos políticos, deportivos, religiosos y culturales solo han ido profundizando la intolerancia… sino hinchas: admiradores de un trabajo bien hecho… esto nos lleva a diario a cultivar el arte de aprender de otros como cumplir y honrar compromisos. Por ejemplo cuando me manifiesto hincha de Martin Luther King, no le otorgo un culto o un fanatismo irracional. Tan solo refirmo que hay líderes que pusieron todo lo que hay que poner para hacer un cambio. O cuando digo admirar a la Madre Teresa de Calcuta, tampoco estoy inmerso en fanatismo religioso alguno, pero si reafirmo que admiro como una mujer pudo ayudar al buen morir a muchos, que inclusive – mayormente – no profesaron sus creencias. Esta diaria actividad nos mueve a reflexionar en que no estamos solos en la meta de “cumplir compromisos” y que son muchos los ejemplos pequeños, cotidianos y simples de como hacerlo. Creo que esa ha sido una de las causas por la cual he sido hincha de un equipo de futbol que cuando lo miro por televisión me recuerdan que como se estuvo tan alto, igual se puede caer muy bajo, pero que hay un día a día donde podemos poner a prueba nuestras responsabilidades para cumplir con aquello que nos fuera encomendado.
En cuarto lugar considero que es muy saludable el ofrecerse a ser réferi en un partido de futbol, de ecuavoley o de una mano de cuarenta. Este simple y sano ejercicio nos pone en una situación de poder, por más leve y pasajero que sea, pero sentimos poder, porque en ese segundo nuestra decisión afectará el sistema cósmico de forma muchas veces irreversible. En estos instantes podemos cultivar la justicia, la ética, el respeto, la honradez y medir hasta donde somos capaces de ganar inclusive perdiendo. Uno de los problemas más frecuentes ante nuestra falta de compromiso es que decidimos con nuestros intereses por delante y, claro, en este esquema siempre deseamos ganar, sin importar a quien pisamos para llegar. No nos importa el sufrimiento del otro, mientras nuestros sentimientos se encuentren en un permanente placebo. Creamos una justicia y un sistema de auto juzgamiento a nuestra medida, somos juez y parte, y nos tornamos temerosos de nuestras propias debilidades, la figura al espejo se transforma en lo que deseamos ver y no en lo que somos. Nos molestan las críticas de cualquier tipo y alimentamos un ego pernicioso y vil. Al ser juez de un partido de futbol ejercito el compromiso con la humildad, con la verdad y con tener en claro que estoy al servicio de otros seres humanos que desean participar en un terreno justo y solidario.
En quinto lugar creo que nos hace muy bien estar en las redes sociales, solamente compartir pensamientos, fotos, reflexiones y leer y aprender lo que opinan los otros es un buen ejercicio diario de tolerancia a la diferencia. Vamos descubriendo que el mundo esta hecho de un montón de individualidades que nos encontramos en cierto momento, en cierto espacio y en cierta forma con un objetivo común, con compromisos mancomunados. En este espacio de hoy miramos a los amigos y reforzamos ciertos lazos, también nos permite una solidaridad interesante a la velocidad de un click, aunque también nos expone a la crítica que en parte es importante en el proceso de reforzar los compromisos. Nos expone a personas con diferentes puntos de vista, groseros, fanáticos, pero al fin nada más que personas que piensan y sienten diferente y que seguramente tienen otros compromisos, ni mejores ni peores que los nuestros, tan solo diferentes, ejercitamos además la libertad de saber con quienes conectarnos y mantener relaciones sociales que nos hacen bien, pues a los otros siempre podemos darles un click de bloqueo y hasta la vista.
En sexto lugar aprender que también es posible decir NO. Sin arrepentimiento es importante capacitarse en la negación de aquellas cosas que nos causan daño y nos alejan de nuestros compromisos. Así como es factible vivir en la constante afirmación y aceptamiento, es saludable para mantener nuestros encargos aprender a decir mil y una veces NO. Pasa la vida y nos damos cuenta, a veces tarde, a veces a tiempo que debimos haber dicho No varias veces, como cuando dejamos a la familia por los amigos, el excesivo trabajo u otros temas; debíamos habernos negado a ser ovejas de una corriente que se puso de moda y dijimos que el aborto era una opción de vida para hombres y mujeres; seguramente no debíamos permitir que nos quitasen la libertad de amar y de vivir en armonía a cambio de un oro que se fue envejeciendo tan rápidamente como las promesas que lo hicieron brillar; es importante recordar que como un si, el no también es una posibilidad de ejercer la libertad con responsabilidad.
Y en séptimo lugar, que realmente es lo más importante, es levantarnos cada día y recordar la frase más bella que he oído hasta hoy: Soy Hijo de Dios. Un hijo al cual le tiene encomendado una tarea, con el cual firmó en la eternidad un compromiso de Amor y a quien no le tiene más que reservado bellos prados, verdes bosques, cielos azules y felicidad terna, ya que fue fiel a su pacto.
La vida es un crecimiento continuo en donde hay dos alternativas, somos un bosque donde cada árbol ayuda a otro a ser más grande y crecer juntos en busca del sol, o por el otro lado somos una mala hierba que entra en las raíces y absorbe la sabía, la vida en si del bosque. Es un desarrollo en armonía con los otros seres que habitan nuestro espacio, tanto espiritual como físico. Es un continuo reto a ser un actor y factor de cambio o un espectador injurioso y permanente descalificador de las propuestas del otro. Uno decide en donde está y ahí es donde radican los principios de todos nuestros compromisos… Como dice un viejo proverbio cherokee, en todo lugar habita un lobo bueno y un lobo malo… cual será el que regule nuestros días, pues tan simple como aquel que alimentemos a diario con nuestros compromisos.
Alguna vez tuve su edad, no es imposible, eran varias cosas diferentes, pero créanme tuve su edad… soñaba con ser un científico, soñaba en ser un bombero, soñaba con ser artista… pensé que Dios me tenía preparado un reto hermoso, que sería un día un PHD, una linda familia, una casa en el campo… y en estos días que he pasado en cama no he podido hacer más que agradecer la recompensa inmensa que me ha dado por haber cumplido mis compromisos, tengo una familia maravillosa, que me ama de buen y mal humor, enfermo o sano, flaco o gordo, triste o alegre… Tengo unos padres que me regalaron el campo y el color de las flores y me ayudaron a edificar mi hogar fuera del ruido y del tráfico, aunque para muchos demasiado lejos… Tengo una familia laboral llena de excelentes compañeros de trabajo y de maravillosos estudiantes como ustedes, que me regalaron día adía la esperanza y la sensatez de que vale la pena continuar… y finalmente a la vuelta de la esquina tengo un viaje para realizar mi doctorado y seguir luchando por reivindicar esta hermosa profesión en turismo… cual ha sido el secreto, honrar mis compromisos… al final, alimentar al lobo bueno… ese fue el secreto el cual he querido hoy compartir con ustedes que están a punto de iniciar una nueva etapa en su vida, seguramente parte de varias etapas que estarán por venir….
Amar al prójimo como a ustedes mismos es base de este compromiso que hoy hicimos, de honrar nuestros principios, nuestra universidad y demostrar que lo mejor aún está por venir…
Buena suerte en su día a día…

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